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Sector social, crisis, poder y capitalismo: un marco general de entendimiento

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Introducción.

En este artículo retomamos algunos análisis sobre el momento histórico actual y los relacionamos con determinados conceptos sobre el poder, sus técnicas, cálculos y formas de influencia en la vida de las personas. El propósito es tratar de proporcionar un marco de entendimiento, general, amplio, estratégico, que nos permita situarnos en el contexto actual de crisis global, y valorar cómo este contexto general afecta y afectará en particular en el sector social. A partir de esta valoración, esbozaremos algunas posibles vías para la construcción de alternativas.

 

1. La crisis.

Estamos en un momento histórico de crisis global y profunda. Desde la hegemonía del poder, se nos dice que para intentar superar estas crisis, la única posibilidad, objetivamente necesaria, es realizar una serie de cambios dolorosos que impondrán sacrificios a todos. En caso contrario, el desastre absoluto, la quiebra total, el caos, el abismo: todo, absolutamente todo se derrumbará y se perderá para siempre ... Cada pocos días vuelven a sonar las alarmas. Un agente anónimo que se hace llamar "el mercado" desata situaciones que, de nuevo, imponen como necesidad técnica objetiva profundizar en la implementación de estos cambios dolorosos.

Todo cambia a una velocidad vertiginosa. La incertidumbre es cotidiana, es difícil comprender lo que está sucediendo,y la angustia se extiende en el ánimo de todo el mundo. La amenaza es constante, el peligro inminente, el desastre puede llegar en cualquier momento. El miedo y la confusión se instalan de forma permanente, de manera extensa e intensa: está en el medio, en el aire, y llega a cada rincón de nuestra existencia.

Con el cuento de la crisis y a base de confusión y miedo nos han sacado derechos laborales, rebajado las pensiones, bajado los salarios, recortado y privatizado servicios básicos como la salud, la educación, así como los servicios sociales ... Nos gobiernan a base de miedo. Se trata de producir en la población un fuerte impacto emocional a través de una situación intensa y profunda de amenaza, una situación que desoriente, y antes de que se pueda dar cualquier reacción, implementar rápidamente una serie de cambios profundos en la estructura económica, social y política. Es la estrategia de gobierno que una conocida autora norteamericana, Naomi Klein (2007), bautizó como "La doctrina del shock" y que esbozamos brevemente en el siguiente punto.

2. La doctrina del choque.

Milton Friedman ha sido uno de los principales ideólogos de la doctrina neoliberal, impulsor de la Escuela de Chicago, escuela de pensamiento económico defensora como pocas del "libre mercado". Según esta doctrina, para que el mundo se desarrolle adecuadamente, prácticamente todo ámbito de la vida debería ser regulado por el mercado, es decir, debería estar sujeto a las leyes del mercado. El mercado sería este espacio donde se compra y se vende mercancía, en libre competencia, y donde todo adquiere su justo precio sin más regulación que las derivadas de unas leyes naturales como las de la oferta y la demanda, coste-beneficio, etc.

Todo ámbito de la vida significa "todo": la salud, la educación, toda forma de relación social, la vida misma se hubiera someter por completo a las leyes del mercado. Friedman era consciente de que llegar a este estado de cosas ideal no era tarea fácil y que, a la hora de implementar los cambios necesarios para tratar de conseguir, encontraría una serie de reticencias en determinadas franjas de población que tratarían de justificar su poca colaboración sobre la base de cuestiones como derechos laborales, justicia social, etc. y que, irresponsablemente organizarían protestas, huelgas, etc. Habría resistencia al cambio necesario, resistencias que se sostendrían en el tiempo y que hasta podrían llegar a prevalecer en un contexto.

Habría que pensar entonces cómo hacer para que esta resistencia no se diera, y que además, posteriormente, la población colaborara de manera continuada. De alguna manera, esto significaba deshacer para rehacer, borrar todo para rehacer de la manera adecuada. Uno de los modelos de cómo hacerlo fue proporcionado por unos experimentos psiquiátricos a través de los cuales la CIA pretendía encontrar claves para conseguir la colaboración de los detenidos en los interrogatorios. La idea de estos experimentos consistía en la aplicación de electrochoques hasta la destrucción de la voluntad del sujeto para posteriormente construir un nuevo sujeto colaborador. Se trataría de extrapolar la idea del mecanismo desde un nivel del individuo a un nivel de la sociedad, de la población.

Friedman pensó que sólo un impactante evento, una crisis social, actual o percibida como tal, podría producir un verdadero cambio. Y cuando esta crisis ocurriera, las acciones a tomar dependerían de las ideas que estuvieran presentes en el medio (Klein, 2007). Así que se trataba de que las ideas estuvieran presentes y que se hiciera una crisis suficientemente intensa, un evento creado o sobrevenido, que produjera un estado de shock en la población, un estado de miedo, confusión y paralización, que abriera la oportunidad para implantar rápidamente las reformas planeadas y consolidar el nuevo estado de cosas antes de que se pudiera producir cualquier tipo de resistencia.

El experimento-país fue Chile. La crisis, en forma de gran violencia, represión y muerte, la puso Pinochet, las ideas, los discípulos de Friedman, los Chicago Boys. La lectura es que para implantar el nuevo estado de cosas, la implementación de las reformas debía acompañarse de una determinada dosis de alguna forma de violencia organizada y hacer de manera rápida, mientras durase el estado de miedo, confusión y paralización .

No siempre son necesarios espectaculares golpes de estados y dictaduras militares. Hoy en día, basta aludir a la seguridad, en un estado de excepción permanente en apariencias de democracia. El común, más allá de diferencias según circunstancias y países, es que se apliquen estrategias similares para contener los pobres de las ciudades: inmigrantes, desempleados, los habitantes de los barrios populares, etc. Aquellos sectores que quedaron desconectados de la economía formal, de manera permanente y estructural son las categorías enteras de ciudadanos que en una especie de guerra civil legal podrán eliminar físicamente por no resultar integrables en el sistema político.

Las reformas planeadas consisten en transferir grandes espacios de creación de riqueza del público al privado, a las grandes corporaciones. La salud, las pensiones, la educación, la vivienda ... todo lo necesario para la vida pasa a estar sujeto a la ley del libre mercado, todo hay que comprar y vender. Los ricos se hacen cada vez más ricos, y los pobres, cada vez más pobres, de manera que no pueden comprar una vivienda adecuada, ni la atención a su salud, ni la educación privatizada ... y llega un punto en que ya no pueden comprar nada, en que resultan inútiles para el mercado, resultan un solo uso.

El proyecto neoconservador, continúa Klein (2007), no es la implantación de la democracia, sino una prescripción el propósito es la creación de un nuevo orden feudal que debería resultar en una nueva redistribución de la riqueza mundial en el que una pequeña élite maximizara sus beneficios globales, y las clases medias desaparecieran desintegrandose entre los pobres permanentes.

Unos planes, unos cálculos que el oligárquico grupo reducido del 20% de la población vive en una burbuja de gran prosperidad, a costa del resto 80% que queda condenado a la miseria. Para su control, la violencia de la represión. Estamos ante una política económica gubernamental de la racionalidad se derivan no sólo las masivas violaciones de derechos humanos, sino también la atrocidad de condenar a millones de seres humanos a una miseria planificada.

Violencia represiva. Pobres desechables. Miseria planificada. En estos cálculos de gobierno para el equilibrio deseado, se le ha otorgado un valor nulo en la vida de las personas que componen la gran franja de la población que ha quedado desconectada del aparato productivo y de consumo. No producen beneficio. No entran en el mercado. Su vida es desechable. Se renuncia a su integración.

La doctrina del shock es una forma de explicar unas técnicas de gobierno de nuestro tiempo histórico que nos resulta muy ilustrativa para entender nuestro momento actual. No estamos tanto en una presunta crisis económica, sólo superable tras unos inevitables y duros pero pasajeros sacrificios. Estamos en una reordenación global y permanente de la vida social de acuerdo con los presupuestos del neoliberalismo.

A estas alturas de la contextualización, ya estamos hablando en términos de técnicas, de cálculos y de racionalidades para conducir las conductas de una población y componer y mantener un determinado orden general de relaciones sociales y de distribución de la riqueza. Es decir, estamos en términos de gobierno. En términos de intencionalidad y de proyectos políticos, no de desgracias naturales sobrevenidas que provocan situaciones lamentables sin responsables.

Estos términos nos llevan a la cuestión de cómo es posible que desde una posición hegemónica de poder puedan conducir las vidas de las personas: es decir, nuestras vidas, nuestros cuerpos, nuestras mentes, nuestras formas de ser y de relacionarnos, en este tiempo que habitamos. Para referirnos a esta cuestión adoptaremos, de una manera amplia, los términos biopolítica / biopoder.

Las racionalidades y técnicas de poder son producto cultural humano, tienen historia y han evolucionado en su concepción e implementación. Para perfilar más esta contextualización que nos debe proporcionar un marco de entendimiento más completo y preciso desde el que analizar el momento que atraviesa actualmente el sector social y sus perspectivas de evolución, puede ser conveniente dedicar un espacio a la cuestión de la biopolítica del neoliberalismo.

3. El poder y la vida.

Cómo el poder regula nuestra vida, nuestro cuerpo, nuestra subjetividad, nuestra "alma", nuestras maneras de relacionarnos, nuestras maneras de vivir y de reproducir la vida social, el sistema social, la forma de vida. Para desarrollar nuestra explicación, iremos avanzando situando brevemente los conceptos implicados: el ser humano, el poder, el neoliberalismo, la biopolítica ....

3.1. El ser humano como ser social, histórico, en relaciones de poder.

Las personas no somos sólo huesos y carne de organismos individuales. Somos seres activos, históricos y sociales. Nos formamos en la relación con otras personas, a lo largo de tiempo, en un ambiente relacional y cultural concreto, en que se desarrollan acontecimientos y procesos que son realizados, significados y cargados de afectos por seres humanos entre los que hay equilibrios de poder .

Es en este entramado complejo en el que nos configuramos como individuos, como personas, como seres humanos.

Los que controlan el entramado, el medio, dirigen las formas de relación, y canalizan significados y afectos de manera funcional para la configuración de unas y no otras formas de ser humanos. Y así, a lo largo del fluir del tiempo, tratan de asegurar la continuidad y reproducción de las formas de vida social que configuran el medio a imagen y conveniencia en un círculo continuo que se proyecta al futuro.

Seres humanos en un tiempo histórico, inscritos en unas formas de relación social, envueltos en unas relaciones de poder concretas. Estas inscripciones sociales nos marcan los márgenes entre los que se podrán desarrollar nuestras posibilidades de ser, unas y no otras. "El individuo sólo es, en mi opinión, el efecto del poder cuando éste es un procedimiento de individualización".

El individuo será sometido a unos procedimientos para convertirse en "normal" y será vigilado para ello. Sujetos sujetados a través de unos procedimientos fijados por un poder político.

3.2. El poder como situación relacional.

Entenderemos que el poder no es simplemente un lugar o una institución privilegiada de donde emana todo lo que se puede hacer. Hay lugares que, efectivamente, concentran poder, pero son producto de un sistema de relaciones, están basados ​​en una situación relacional.

El poder está presente en todo momento, se produce en cada instante, en todos los puntos del sistema relacional, en toda relación de un punto con otro, en el mismo relacionar. La relación de poder es omnipresente, resulta inescapable. En el efecto de conjunto de estas formas de relación, su repetición, en su permanencia, en su encadenamiento, en su movilidad, se dibuja el poder. "El poder no es una institución, y no es una estructura, no es cierta potencia de la que algunos estarían dotados: es el nombre que se presta a una situación estratégica compleja en una sociedad dada" (Foucault, 1995:113).

El poder es relacional, por tanto sufre tensiones constantes, cambia según los momentos, los acontecimientos, las voluntades, las intencionalidades, los proyectos, los relatos que dan cuenta de ellos, las materialidades, los afectos, las identidades, las conductas, las fuerzas, las luchas, las resistencias ... La vida y la política se forman mutuamente en un círculo de retroalimentación. En estas inseparables relaciones entre la vida y el poder, la vida, la vida que el poder, el biopoder, quiere coptar y explotar tan intensa y extensamente como sea posible, escapa a cada rato en el transcurso de estas constantes luchas relacionales que también lo conforman.

A la hora de intentar responder nuestra pregunta inicial, es conveniente ir teniendo en cuenta todo esto. No estamos en un espacio neutral, técnico y no necesariamente positivo para según quién. Estamos en un determinado tiempo histórico, situados en unas determinadas relaciones de poder. Y estas relaciones de poder adquieren formas concretas, persiguen unos determinados objetivos.

4. Una determinada forma histórica de relaciones de poder: el neoliberalismo

El (neo) liberalismo se basa en una racionalidad y en una serie de valores. Constituye y propugna una visión del mundo y una forma de vida. No pretendo realizar ahora un detallado análisis de estos valores y esta visión del mundo. Pero sí hay que apuntar algunos elementos.

El primer derecho humano que se reconoce desde el liberalismo, fundando y principal, es el derecho a la propiedad (Martínez, 2004:104-106). Se reconoce antes que cualquier otro derecho, y los demás derechos emanan a partir de este derecho a la propiedad, entre ellos, el derecho a la vida. Esto significaba entre otras cosas que, en la medida en que prevalecía el derecho a la propiedad sobre otros derechos, se legitimaba que un ser humano fuera propiedad de otro humano, es decir, la esclavitud.

Desde estas perspectivas, todo adquiere su valor en base a su valor en el mercado, no por constituir un bien para el desarrollo de la vida, de vida digna para tod @ s, como se plantea desde otras perspectivas de derechos (Herrera, 2005; Martínez, 2004). Los valores son los que fija "el mercado", es decir, los más poderosos en el mercado, los más ricos, todo se ve bajo la óptica del lucro privado, todo se convierte en mercancía a comprar y vender. Esto conlleva la necesaria implementación de unas formas concretas de poder y gobierno históricamente ligadas de manera estrecha al nacimiento de la biopolítica (Foucault, 2007).

4.1. El Estado y el nacimiento de la biopolítica. Biopolítica del neoliberalismo.

Propiedad, derechos, poder, y gobierno. Los propietarios son los que tienen derecho a participar en el ejercicio del poder al gobierno. Cuanta más propiedad, más derecho, más poder. El Estado es una peculiar tecnología de concentración de poder para el ejercicio de gobierno, que se pretendió realidad autónoma en sí misma. Sin embargo, la tecnología "Estado" no es natural, ni ha sido siempre como tal. Es histórica, es social, y se fundamenta en una racionalidad.

La racionalidad gubernamental, la razón de Estado, proporciona unas razones para gobernar y para el ejercicio de la práctica gubernamental, por el arte de gobernar. La gubernamentalidad será la manera de conducir la conducta de los hombres, y de alguna manera consistirá en una parrilla de análisis para las relaciones de poder (Foucault, 2007: 218).

La razón de gobierno entiende a los seres humanos como una población, como un problema a manejar para conseguir unos resultados. Así en sus inicios, se plantea como necesario observar, a través de qué instrumentos, y de qué tipo de cálculo, si una determinada acción gubernamental, puede funcionar adecuadamente. De este planteamiento se derivan varias cuestiones.

La primera, sobre "qué hacer" implica necesariamente también "qué no hacer": la cuestión de la autolimitación de la acción gubernamental está presente desde sus inicios en esta racionalidad de gobierno que surge de los propietarios del mercado: no intervenir, " dejarnos hacer ", no nos opriman. Segunda, las prácticas de gobierno pasarán su examen en función de su "Utilidad", es decir, de si la práctica de gobierno tiene éxito y se comporta como se quiere respecto a un marco de comprensión que hace descifrable la realidad, y que permite establecer si la práctica gubernamental es útil o no en función de algún indicador.

Y esto nos lleva a la tercera, se hace necesaria una inteligibilidad, un régimen de Verdad, un conjunto de reglas que permitan respecto a un discurso dado, caracterizar los enunciados, establecer la verdad, lo que es verdadero y lo falso , la veridicción. 

Un buen gobierno será el que actúa en la verdad. El buen gobierno encontrará en el Mercado el lugar de veridicción por excelencia, de formación de verdad.

El Mercado concebido como lugar donde se hace justicia distributiva a través de la verdad de los precios, donde se ponen en evidencia los mecanismos naturales que permiten la aparición de los precios naturales, del buen precio, el precio justo, el precio verdadero. Hay que dejarlo actuar, sin regular artificiosamente, para que aparezca su norma, y ​​obedecer; hay que dejar actuar sin interferencias a los mecanismos "naturales" y espontáneos, aunque no haya posibilidad de aprehenderlos. El Mercado es el lugar de la Verdad. El Mercado revela una Verdad. Buena, natural, justa. El Mercado será espacio de jurisidicción y de verdad para las prácticas gubernamentales, patrón de verificación y falsificación en la gubernamentalidad (Foucault, 2007:43-67).

Verdad y falsedad por la acción del poder político sobre la vida. Así que todos al mercado, según los valores que marque para el intercambio, y con el ánimo de la ganancia como valor principal. Si en algo o alguien no hay negocio, que no exista, de hecho, dejará de existir, naturalmente. 

Todo en el mercado, todo al servicio del mercado. Por lo tanto, hay que facilitar el intercambio en el mercado, la ganancia económica. Hay intercambio en aquello en que hay interés. Hay interés en lo que permite cubrir necesidades, desarrollar vida. El negocio y el poder se colocarán y producirán allí donde se produzca la vida, en la satisfacción de las necesidades para la vida. Después ya se crearán otras necesidades para las determinadas formas de vida y ya se implantarán formas de vida para crear mercados de necesidades ...

Además, el gobierno sólo debe actuar donde sea útil. Será útil si hay interés en el mercado, si facilita el interés del mercado. El gobierno deberá actuar por los intereses del mercado.

Poco a poco fueron cambiando la concepción de las formas liberales. De pensar inicialmente en cómo limitar el Estado para dejar hacer al mercado, a pensar sobre cómo hacer existir en el mercado, por supuesto a partir de la libertad económica de los propietarios. Se vuelven las tornas, la libertad de mercado surge como principio organizador y regulador del estado, desde el principio de su existencia y hasta el final de cada una de sus intervenciones. El Estado queda al servicio y bajo vigilancia del Mercado.

Es más, el mercado debe ser producido por el gobierno. Se debe promover una competencia pura que, paradójicamente, sólo puede aparecer si es promovida por las acciones del Estado, por el arte de gobernar. Ya no es tanto dejar hacer al mercado, como promoverlo a través de una intervención permanente. Esta intervención se realizará actuando sobre las condiciones del medio, sobre el marco de relaciones. Se actúa no sobre las condiciones actuales del mundo, sino sobre las condiciones de existencia del mundo. Se transformará todo para que el mercado pueda funcionar, pero nunca se intervendrá sobre los sagrados elementos del Mercado.

Intervendrá sobre la población, la sociedad se cambiará para que los mecanismos del mercado actúen, a través de técnicas como el cambio del régimen jurídico de explotación (reformas laborales, por ejemplo). Se producirá no sólo un orden "natural" del mundo sino también su orden legal. Se pretende conformar un determinado tipo de sociedad. Una sociedad adecuada al mercado, inmersa en la competencia. Habrá  que multiplicar la forma social "Empresa" en el cuerpo social, crear una sociedad-empresa ...

Las políticas sociales para la adecuación de la sociedad en el mercado nunca tendrán como objetivo la igualdad, ni la compensación de desventajas, ni la distribución equitativa ... todo ello lesionaría el Mercado. Dentro de los cálculos, se podrán atender algunos efectos de la pobreza, pero no sus causas, las políticas sociales no asumirán los riesgos del social, sólo consideran mecanismos de intervención a quien lo necesite y sólo cuando lo necesite, no hay seguridad para a todos, ni en todo momento. Habrá unos encargados de realizar los correspondientes cálculos, establecer mecanismos de evaluación y determinar la verdad o falsedad de esta necesidad de individuos concretos.

Sólo el crecimiento económico puede aportar solución y después ya se irá distribuyendo esta riqueza. Los mecanismos de política social no pueden ser obstáculo a las leyes del mercado.

La persona es concebida como la máquina del trabajador que le producirá flujos de ingresos, el individuo será una empresa para sí mismo, será "capital humano" sobre el que, según sus propias decisiones, podrá invertir en formación, migración, etc.

En la política de sociedad, la vida y los individuos quedarán incluidos en relaciones de propiedad privadas. La empresa permanente se establece como modelo de relaciones sociales y del individuo consigo mismo, como modelo universal, generalizado, de la existencia misma. Habrá también reconstruir una serie de valores morales y culturales. La competencia como valor moral, el lucro, el individualismo, etc. Debe haber una economización de todo el campo social. De la vida ...

4.2. Biopolítica. Cálculo de formas de vida.

Para poder manejar el objeto "población" y las condiciones del medio para adecuarlo a las necesidades del mercado, es necesario pues hacer una serie de cálculos y prospecciones que se realizarán de acuerdo con un régimen de verdad y un conocimiento de la realidad. Saber y poder. Foucault (1995) nos cuenta otros aspectos interesantes.

En el desarrollo de las técnicas de gobierno, se descubre un nuevo objeto llamado "población". Se constata que había una serie de datos referente a unos acontecimientos, unas variables que mostraban que, en una multiplicidad de individuos en el tiempo, se producían regularmente una serie de valores, en una evolución concreta: muertes, enfermedades, crímenes, accidentes ... Se pensó que la evolución de estos valores obedecía a las leyes de la naturaleza, que en su devenir natural estas variables acababan por acomodarse en unos niveles naturales, adecuados, y que de alguna manera resultaba posible relacionar unas variables con otras variables, aunque en apariencia pudieran parece estar un poco lejanas. El objeto "población" tenía efectos económicos y se convertiría en la meta e instrumento de gobierno (Foucault, 1995: 130-134)

Así, por ejemplo, se podría relacionar la posibilidad de un determinado evento, una revuelta en la ciudad contra el soberano, con la escasez de grano en el mercado. Se podría pensar que debería evitarse la escasez, que haya abundancia de grano en el mercado. Pero si hay mucha oferta de grano en el mercado, los precios bajan, si los precios bajan, no sale a cuenta producir, se siembra poco, si se siembra poco, habrá escasez en el próximo ciclo. Es decir, si no hay escasez, se producirá escasez. La escasez sería un "Fenómeno natural", no estará ni bien ni mal que debería mantenerse entre unos márgenes. Un nivel es la población, otro nivel son los individuos.

Para que la escasez se mantenga en un nivel aceptable en la población, algunos individuos tendrán que sufrir los rigores de la escasez (Foucault, 1995: 45-56).

La cuestión será tener un buen dispositivo de conocimiento, de cálculo, bien conectado con la realidad, que permitiera entender las oscilaciones y vincular con otros elementos de la realidad que sirvieran para compensar dinámicas y facilitar que la propia realidad del movimiento lleve a la La anulación del evento no deseado (Foucault, 1995: 57-60). La revuelta contra el soberano, por ejemplo.

En estos cálculos, será necesario ampliar el análisis de los procesos a numerosas variables, en todo el ciclo de producción, ensanchando tiempos y espacios: tendremos que conocer bien el mercado, y deberá disponer de un ajustado conocimiento de la población y de su comportamiento. La estadística, los cálculos, permitirán el análisis de lo que ocurra y lo que pasará en el ciclo natural. Hay que dejar hacer, dejar pasar, la escasez no ha desaparecer, debe haber cierta escasez, cierta hambre (Foucault, 1995:60 -62). Miseria planificada, se decía anteriormente.

Manejar las condiciones del medio. Administrar la escasez. El problema es cuando el pueblo no se quiere comportar como "población" y se resiste a aceptar el sufrimiento que debe llevar a la resolución natural de la situación.

Entonces, todo dejaría de funcionar (Foucault, 1995: 64). El poder, sus cálculos y la vida de la gente: "habría que hablar de biopolítica para designar lo que hace entrar a la vida y sus mecanismos en el dominio de los cálculos explícitos y convierte al poder-saber en un agente de transformación de la vida humana; eso no quiere decir que la vida haya sido exhaustivamente integrada a técnicas que la dominen o administren, se escapa de ellas sin cesar. "(Foucault, 1995: 173) El poder, el negocio, el interés se sitúa donde se produce la vida. Un poder político transformando la población y creando de manera calculada una forma de vida, con sus necesidades y deseos, que constituirá el nicho de negocio en el mercado. El poder, creando formas de vida social acordes al mercado.

Biopolítica del neoliberalismo. No estamos en una "crisis". Son "muchas crisis". No son "naturales". Es biopolítica: una calculada reordenación de la vida desde una hegemonía del poder con unos presupuestos ideológicos, los del neoliberalismo. En este proyecto ideológico, o bien sobramos, o bien, como mucho, nuestra vida está destinada a ser carne que alimente el negocio en el mercado. Pero el resultado no está determinado. Es una lucha social histórica, nuestra vida, y hasta la vida misma en ello.

5. El poder y las disciplinas profesionales del sector social.

Vemos pues que estas cuestiones de las relaciones del poder, el gobierno, el neoliberalismo tienen algunas relaciones con la cuestión de una intervención social para transformar las personas de una sociedad y su forma de vida. Es decir, hay una intervención gubernamental, una política social que se extiende para  inundar una serie de espacios, entre ellos, el que corresponde al ámbito al que nos referimos como sector social.

Ya en este ámbito, podemos hacer algunas preguntas más específicas sobre los modos y lógicas de operación de este biopoder: ¿cómo se produce esta incidencia, a través de qué mecanismos y procedimientos? ¿En qué medida interpela quienes trabajan en este ámbito? ¿Qué papel concreto juegan estos trabajadores?

Para intentar responder a estas preguntas, nos puede ser útil hablar un poco sobre una particular tecnologías de poder: el poder disciplinar.

5.1. El poder disciplinario.

En su libro sobre el poder psiquiátrico, Foucault (2005) nos habla del poder disciplinar como un poder que existe en nuestra sociedad, discreto, sólo visible en la docilidad y la sumisión de aquellos sobre quienes se ejerce en silencio ( Foucault, 2005: 34).

Es una forma de poder mediante la cual el poder político y los poderes en general logran, en última instancia, de manera capilar, llegar a tocar los cuerpos, aferrarse a ellos, incidir en los gestos, los comportamientos, los hábitos , las palabras de los individuos. Este poder tiene historia, no se formó de una vez, pero tampoco existió siempre. Se formó hace unos pocos siglos en la sociedad occidental iniciándose en algunas comunidades religiosas, utilizando métodos concernientes a la vida cotidiana ya la pedagogía y se extendió hasta convertirse en forma social absolutamente generalizada. (Foucault, 2005: 51 -52).

El poder disciplinario se caracteriza por constituir una captura total, o que cuando menos tiende a ser exhaustiva, del cuerpo, los gestos, el tiempo y el comportamiento del individuo (Foucault, 2005: 57). Implica una regulación de las conductas, en todo tiempo y espacio, de nuestras vidas, de nuestro cuerpo y nuestra mente. Un ejemplo claro es la disciplina militar. Un empleo, una captura permanente y global del tiempo, la vida, y el cuerpo del individuo (Foucault, 2005:58-59);

Los sistemas disciplinarios incluyen un procedimiento de control constante, de vigilancia. Si no se está bajo la mirada de alguien, al menos está en situación de ser observado.

Omnivigilància, omnivisibilitat; el efecto panóptico de esta forma de poder le permite actuar y ser percibido como una vigilancia constante que autocensure a los sujetos disciplinados, hasta hacerles perder casi la posibilidad de pensar más allá de los límites de lo posible instituido.

Observación informada, escrita. Información siempre accesible. La visibilidad continua permite la rápida reacción del poder de disciplina. A partir de ahí, el poder disciplinar tiende a actuar preventivamente, antes del propio acto, a través de un juego de vigilancia, recompensas y castigos.

La presión punitiva, minúscula y continuada, es el reverso de la relación disciplinaria (Foucault, 2005:63). El carácter panóptico, ese ver todo, todo el tiempo, junto a la acción punitiva y continua sobre las virtualidades del comportamiento, proyecta detrás del propio cuerpo algo parecido a una psique. El poder disciplinario busca un estado terminal, mira hacia el momento en que todo funcione por sí solo, cuando la disciplina se haya interiorizado y convertido en un hábito (Foucault, 2005:58). La vigilancia, entonces, requerirá sólo un carácter virtual. Se habrá producido una "individualización esquemática y centralizada" (Foucault, 2005:60).

¿Como se operativiza, como se hace? Mediante procedimientos de control constante de un ejercicio continuado, graduado, progresivo, desarrollado a lo largo de una escala temporal que mostrará con detalle el crecimiento y el perfeccionamiento en la disciplina (Foucault, 2005:58). Estos procedimientos de control y ejercicio se desarrollarán a través de instituciones sociales como la escuela, la fábrica, el trabajo, la cárcel, el hospital, la universidad, la iglesia, etc. instituciones el conjunto conforma una sociedad panóptica (Foucault, 2005: 89-90).

Otra característica que señala Foucault los sistemas disciplinarios es que tienen una tendencia a la isotopía. Con ello quiere señalar varias cosas.

En primer lugar, que cada uno tiene su lugar bien determinado en el sistema, con sus elementos subordinados y sus elementos superordinados. Hay por tanto una clasificación de la población según jerarquías en la distribución de poder. El tráfico entre los diversos escalones está claramente reglamentado en tiempo, procedimientos, conocimientos, evaluaciones, certificaciones, etc. (Foucault, 2005: 63-64).

En segundo lugar, esta tendencia a la isotopía implica también que no debe haber conflicto entre los diferentes sistemas disciplinarios, y que por tantos éstos deben articular correctamente entre sí: cada sistema disciplinar tiene también su lugar, tiempo y competencias.

Y en tercer lugar, implica también la existencia siempre de un residuo en el proceso de clasificación y distribución (Foucault, 2005: 64). Siempre hay algo / alguien que se escapa de la vigilancia, que resulta "inclasificable": el insumiso, el desertor, etc.

La existencia de residuos clasificatorios ocasionará la aparición de sistemas disciplinarios complementarios para recuperar individuos, que nuevamente generarán residuos, y así se seguirán creando nuevos sistemas disciplinarios hasta el infinito (Foucault, 2005: 65). El poder disciplinario expone (y expone a) el irreductible, y por ello debe ser siempre normalizador y busca nuevos sistemas de recuperación para restablecer la regla. Así, establece la división normalmente anormal y se acopla esta división al sistema jurídico: propiedad fundamental del poder disciplinario es fabricar cuerpos (Foucault, 2005:67).

Una cuestión compleja: "hay que ver la constitución concreta del individuo a partir de determinada tecnología del poder (...) y esta tecnología es la disciplina" (Foucault, 2005:68). Sujetar a los sujetos. Crear sujetos sujetables, funcionales a la distribución de poder ya la manera de producción. Sin orden disciplinar, no hay individualidad que pueda ser permitida. El poder disciplinar debe normalizar y normaliza.

La familia es considerada dispositivo bisagra, punto de enganche para todos los sistemas disciplinarios (Foucault, 2005: 91) ¿Qué sería de la obligación del trabajo si no hubiera familia que mantener? Para ser individuo adulto, hay que formar una familia, con un régimen jurídico de matrimonio, nacimientos, etc. La familia, como instancia de coacción que fija a individuos a aparatos disciplinarios.

¿Y qué pasa cuando la familia se hace añicos y deja de cumplir su función? Entonces surgirán una serie de dispositivos disciplinarios el papel consiste en mitigar debilidades: a principios del s. XIX aparece lo que podemos llamar asistencia social, todo un trabajo social que irá cobrando mayor importancia hasta la que hoy lo conocemos, y que tiene la función de constituir una especie de tejido disciplinario que pueda sustituir a la familia, y reconstituir pero que, al mismo tiempo, también puede permitir prescindir de ella (Foucault, 2005:94).

A partir de la organización de estos dispositivos disciplinarios que deberían sustituir a la familia surge lo que Foucault llama "función psi", con sus discursos, su institucionalidad y su individuo psicológico (Foucault, 2005:96) ..

Parece que por aquí, después de tantas vueltas, ya entramos en esto del "Sector social" ...

5.2. La función psi.

Los sistemas disciplinarios tuvieron en el siglo XVIII una primera función masiva, global, que surge con claridad: ajustar la multiplicidad de individuos a los aparatos de producción, los aparatos del estado que los controlaban, en principio de acumulación de hombres y la acumulación de capital. En sus límites, debido a su carácter clasificador y normalizador, estos sistemas disciplinarios originaban, por exclusión y a título residual, otras tantas anomalías, ilegalidades, irregularidades. Cuanto más riguroso es el sistema disciplinario, más numerosas son estas anomalías, ilegalidades e irregularidades que el sistema disciplinario tenía que reabsorber.

En estas irregularidades que el sistema disciplinario no dejaba de provocar y que había que reabsorber, el sistema económico y político de la burguesía del s.XIX encontró por un lado, una fuente de lucro, y por otra parte, un espacio de fortalecimiento de poder (Foucault, 2005: 120).

La función psi desempeñaa el papel de disciplina para todos los indisciplinables. Intervenía cada vez que un individuo era incapaz de seguir la disciplina, cuando alguien se escapaba de entre las cuadrículas disciplinares. La sumisión se convierte entonces en racionalidad, en lógica de comportamiento racional, recomendable y hasta bondadoso. Así, se cuela en el mismo ser, conforma el propio pensar y sentir, crea leales sujetos sujetados. También está claro entre aquellas personas que, habiendo pasado por disciplinamiento iniciático correspondiente, conforman el grupo profesional que constituyan y administren los dispositivos para la dispensación de la función psi.

La función psi nació del lado de la psiquiatría, como contracara de la familia, se extendió a todos los sistemas disciplinarios y acabó convirtiéndose en el discurso y el control de los sistemas disciplinarios. Es el discurso de introducción de todos los esquemas de individualización, normalización y sujeción de los individuos dentro de los sistemas disciplinarios, es la instancia teórica de todo dispositivo disciplinario. La psicología como institución y discurso, controla permanentemente los dispositivos disciplinarios (Foucault, 2005:96-97). Parece pues que la psicología juega un importante papel en el mantenimiento del orden hegemónico. Tiene la función de intensificar la realidad como poder e intensificar el poder haciendo valer como realidad (Foucault, 2005: 195). Así son las cosas, es lo que hay, hay que insertar.

La nebulosa "sector social" encaja en esas funciones "psi". En las transformaciones actuales del sector, ¿qué tareas y funciones les están destinadas a los profesionales? ¿Qué objetivos se perseguirá con estas tareas? ¿Ayudar? ¿Gobernar? ¿O hacer negocio? ¿Con la coartada de ayudar, gobernar y hacer negocio? ¿En qué se convertirán estos profesionales? ¿Qué se puede hacer?

6. El momento en el sector social.

"... Creo que el poder político también se ejerce a través de la mediación de ciertas instituciones que parecerían no tener nada en común con el poder político, que se presentan como independientes a éste, cuando en realidad no lo son. ( ...)

Me parece que la verdadera tarea política en una sociedad como la nuestra es hacer una crítica del funcionamiento de las instituciones que parecen neutrales e independientes, hacer una crítica y atacar de manera tal de desenmascarar la violencia política que se ha ejercido a través de éstas de manera oculta, para que podamos combatir ". Michel Foucault (A Chomsky, N; Foucault, M, y Elders, F., 2006:21) El entramado que ostenta la hegemonía global ha realizado una serie de cálculos biopolíticos. De estos cálculos, concluyen que una franja poblacional es desechable. No interesa su inserción en el sistema, no importan, quedan a su suerte, el propio desarrollo natural poblacional, facilitado por la acción gubernamental sobre el medio, acabará por completar su extinción.

No todos y todas deben desaparecer, pero. En los cálculos de manejo del medio de considerar que hay que administrar la escasez, que debe haber una cierta dosis de miseria y miserables a la población, y por tanto, debe producirse una miseria planificada. La administración de esta miseria planificada, en cualquier caso, debe constituirse como mercado, producir ganancias y coadyuvar a apuntalar la hegemonía de poder.

Estas son las franjas de población que atendían (disciplina) desde el sector social.

Aunque todos tienen que ir al mercado, todo debe ser negocio. El sector social, también. El sector social es un mercado. El gobierno debe abstenerse de actuar en este mercado, no debe producir interferencias en el desarrollo natural del libre intercambio. El gobierno del poder político debe manejar el medio, debe realizar una acción positiva para facilitar el intercambio en el mercado del sector social, el mercado del sector social debe ser producido por el gobierno.

Por ello, debe crear una realidad material, un marco jurídico y un régimen de verdad que favorezca el mercado del sector social. Los recortes y la desaparición de recursos de atención conformarán medio en el que no habrá alternativas de apoyo: la satisfacción de las necesidades vitales deberán encontrarse en el mercado, al mercado de trabajo precarizado y de bajos salarios, en el ámbito de lo privado.

La privatización, la asignación de gestión de recursos a grandes empresas favorecerá la libre competencia y conformará el establecimiento del mercado del sector social que administrará la escasez y del reciclaje se obtendrán ganancias. Atenderán efectos y no causas.

A través de patrones morales se construirá una composición de la realidad que legitimará la distribución de poder, sin cuestionamientos de las raíces de los problemas. Los que reciben ayuda, estarán en esta situación únicamente por su propia responsabilidad, por no haber sabido hacer uso de su libertad, o en el mejor de los casos por la mala suerte. Los que "ayudan" sí tendrán sabido hacer uso de su libertad y más, son buenos, los que reciben, deben estar agradecidos. Los mensajes del discurso de la caridad se diseminarán abundantemente a través de varios dispositivos: unos emotivos y espectaculares, como las maratones de televisiones gubernamentales, otros con apariencia de objetividad, como noticias, informes "técnicos", informes gubernamentales, etc.

El nicho de negocio en el entramado del mercado del sector social está conformado por la vida misma de las personas que deben ser atendidas. Los ingresos provendrán de la gestión de su vida, de todo lo necesario para su vida en el sistema: su alimentación, su educación, su cuidado, su vigilancia, su ocio, sus bienes ... Por ejemplo, un centro residencial de menores será un buen negocio a partir de los ingresos por subvenciones y contratos gubernamentales o donaciones privadas de más o menos envergadura. La ganancia será la diferencia entre ingresos conseguidos para cubrir las necesidades de la vida de cada nicho y los gastos efectivamente realizados. Para el centro, un niño sin padres pero con una discapacidad que le obligue a utilizar una silla de ruedas y un coche adaptado en propiedad podrá significar buenas ganancias mientras la subvención sea más jugosa que la destinada a otros nicho, y el coche del chaval siga funcionando para efectuar todos los demás desplazamientos que requiera la gestión del centro.

Los beneficios también pueden provenir de la explotación de la difusión de la imagen de marca de las corporaciones que "ayuden", que den donaciones. Una buena imagen corporativa es imprescindible para el mantenimiento y desarrollo de las posiciones en el mercado y el mantenimiento del orden productivo. Hay que lavar la imagen de marca para crear problemas sociales y aparecer como solucionador de los mismos. Grandes bancos que promueven desahucios después publicitan obra social que constituye "El alma de La Caixa".

La donación de la gran corporación se puede hacer a nombre de fundaciones que recogen donaciones de clientes. La campaña de imagen no sólo le sale gratis a la corporación, sino que incluso deducir la donación de los demás en sus propias declaraciones de impuestos (Redacción Pero, 2012: 6 de diciembre).

Recientemente, el gobierno catalán y la televisión pública catalana promovieron durante meses una maratón televisiva solidaria para, en vista de la evolución de la crisis y de cómo afecta a la sociedad, recaudar fondos para luchar contra la pobreza y la exclusión social. Un vídeo promocional instaba a que "nadie se quede fuera de juego", con el fondo argumental del conflicto de ese juego infantil en el que hay que competir por un número de sillas que siempre es inferior al de personas que deben sentarse. Una serie de grandes empresas hacían posible esta otra empresa (Efe, 2012: 30 de enero; Fundación TV3, 2012: 27 de mayo).

Todo el mundo estaba invitado a participar en esta bondadosa y solidaria iniciativa que mostraría que el pueblo catalán tiene un gran corazón y que, sin embargo, sabe unir y actuar en común ante las dificultades. Las cámaras mostraron que incluso el propio presidente de la Generalitat acudió al evento, participando como un voluntario más en tan encomiable esfuerzo, ya que consideraba importante "que la gente se sensibilice y que en un momento excepcional haga cosas excepcionales" ( Europa Press, 2012: 28 de mayo).

La maratón recaudó cuatro millones de euros. Entre sus principales patrocinadores, investigaciones por evasión y fraude fiscal mediante, habían ganado el año anterior unos nueve mil millones de euros (Fernández, 2012: 27 de mayo). Y es que era la maratón "por" no "contra" la pobreza ... Determinadas fundaciones y ongs conforman una zona blanca de legitimación capitalista que, además, resulta funcional en la creación de un volumen de negocio nada despreciable y genera una influencia en el medio general en muchas cuestiones, no sólo la promoción de imagen de marca , también la precarización de empleo, abaratamiento de costes, etc. (Iglesias, Badenes, 2011).

De esta manera, el mercado del sector social aporta también garantías de gobierno. Proporcionará una composición de realidad: "buenas causas", "Excepcionalidad", no cuestionamiento del orden social, despolitización de la realidad. Y también produce conductos de canalización de la conducta de la población atendida, y de la población espectadora en interrelación, para que no se generen problemas de orden, porque no estalle la revuelta en la administración del ciclo de la escasez. Los y desechables y pobres planificados no deben recoger alimentos de la basura de las grandes superficies alimentarias, porque interferirían en el mercado, si los excedentes no se destruyen alterarían a la baja los precios. Mucho menos se organizarán colectivamente para tomar sin permiso y sin pago los alimentos de los supermercados de grandes corporaciones. Su conducta debe consistir en acudir a la iniciativa privada, los bancos de alimentos, a instituciones religiosas, en Cáritas, concurrir a los proyectos beneficiarios de la telemaratón.

Esta es la canalización de conducta que también realizarán los dispositivos del mercado del sector social. Así, se producirán también los diversos sujetos funcionales al modo de producción. Conducción de conductos y producción de sujetos funcionales, para distribuir adecuadamente en los diversos escalones de la pirámide de poder. Sujetos para los puestos de arriba y sujetos para los puestos abajo. Los jóvenes de determinadas agrupaciones religiosas adineradas, estudiantes en prácticas también, realizarán su obra de caridad / práctica voluntaria semestral acompañando a los niños en miseria planificada de los centros de menores, en el cumplimiento de uno de sus sueños infantiles, pasar un día en un conocido parque de atracciones.

Se trata de que unos olviden por un día, eso sí, sólo uno, su triste existencia, y que otros se entrenen en la dispensación de caridad. Todos guardarán un bello recuerdo que les animará a repetir la experiencia. No habrá inconveniente en que el dispositivo específico que realizará la gestión y los pagos sea una ong ligada a una agrupación religiosa que se asienta en los sectores sociales de la hegemonía en el poder. Al contrario, aunque la tal agrupación haya sido tan salpicada por tan numerosos escándalos de pederastia que hasta el líder del aparato global de la multinacional religiosa tuviera que intervenir ... Biopolítica, el poder político hasta el uso y control del cuerpo del individuo ... Este análisis no podría haber realizado sin la inspiración de numerosos centros de menores, ondeara que promueven el soñar despiertos, los legionarios de Cristo, Marcial Maciel, la financiación de obra social La Caixa ... (Bedoya, 2010: 24 de enero; Regnum Christi, 2008: 12 de enero; Soñar despiertos, sf).

Funcional discurso moral de la caridad. Causas de los problemas que se ponen como soluciones. El mundo al revés. Se instalando otro cálculo, otro equilibrio, en referencia a otras lógicas. Es el establecimiento de otro régimen de Verdad: el mercado y la caridad frente al derecho social.

Planes de empresa para organizaciones que no deben ser lucrativas. Capítulos de ingresos: subvenciones, contrataciones públicas, en proporción a la proximidad al poder político de turno. Cada vez habrá menos una de estas oportunidades de negocio, probablemente hasta su práctica desaparición.

Recortes e impagos de subvenciones y contrataciones ya acordadas muestran que no hay empacho en saltar principios básicos de convivencia social: las relaciones contractuales públicas, las relaciones de confianza, etc. No hay límite, sólo arbitrariedad de quien tiene más poder. Los recursos públicos existentes, vaciados de presupuesto, no tendrán nada que ofrecer, más allá de facilitar el tránsito al mercado de servicios sociales. Así, desde la oficina pública de empleo serán capaces de derivar hacia la asamblea de parados y desde la oficina de servicios sociales municipal, en Cáritas.

Ya sin subvención, los pequeños agentes privados del mercado social en formación, intentarán buscar otras fuentes de ingreso: fundaciones privadas 18 de grandes empresas, donaciones y apadrinamientos de la población en general, o presentar el proyecto a la telemaratón. Las grandes empresas, más competitivas, con más capacidad financiera y, por tanto, de aguante, irán haciéndose con el control del mercado. Ya era la idea ...

Capítulo de gastos. El centro residencial de niños, se buscará que determinados ámbitos de actividad no generen gasto, serán bienvenidas las excursiones gratuitas para los niños, aunque sean gestionadas por organizaciones inquietantes, y será excluida toda otra actividad extraescolar que implique desembolso, la alimentación, a pesar de disponer de partida presupuestaria propia para comprar en el mercado, se obtendrá de un banco de alimentos de otra ONG que habrá conseguido fondos de un programa de alimentos de la Unión Europea, al menos mientras dure el programa, que hay que facilitar las cosas en el mercado (Nogueira, Doncel, 2012: 4 de septiembre), la ropa, también con presupuesto, pero de segunda mano, de donaciones o de otra ong del mercado, hay que facilitar el intercambio. Y por supuesto, racionalizar otro importante rubro del capítulo de gastos: hay que bajar el salario a los y las trabajadores del sector.

7. Los y trabajadores del sector.

Los y trabajadores de la función psi también han sido modelados en el sistema disciplinar, formados en unos dispositivos específicos, para desarrollar unas funciones concretas en otros dispositivos disciplinarios concretos, sobre unas determinadas franjas de población.

A lo largo de este disciplinamiento, hemos sido formados como sujetos en tanto que "profesionales", "técnicos", etc., No tanto como "trabajadores". Es decir, clasificados en un determinado lugar en la distribución de poder de la sociedad disciplinar, un escalafón presuntamente superior al de las personas con las que se trabaja, etiquetada como población atendida, beneficiaria, cliente, usuario, etc.

Así, se marca una asimetría en las relaciones de poder entre unos, "Técnicos", y otros, objeto de intervención de los y las técnicos. Y sin embargo, la presunta crisis deja al descubierto que, en el cálculo general, estamos asignados prácticamente en el mismo lugar del modo de producción y que nos aplicará la misma lógica. Un día, el orientador laboral verá que está sentado justo al otro lado de la que era su mesa de trabajo.

El sistema y los dispositivos concretos están siendo cambiados. La población a disciplinar a atender, también está siendo transformada, desde su etiquetado clasificatorio. Se les clasifica como un solo uso o como objeto de negocio en una planificación de la miseria. Por la misma razón, los trabajadores del sector, se les reclasificará como desechables o como explotables para el negocio de la miseria. Muchos dispositivos disciplinarios se desmantelan. Sin dispositivo, sin franja de población, sin funciones, el profesional pierde su sentido y desaparece. Un taxi en el desierto.

Se aplicarán los mismos principios que el conjunto del sector. Pequeñas empresas y trabajadores. Todos en el mercado. Las hegemonías de poder, en este escalón ya gobierno y federaciones empresariales, realizarán acciones positivas para facilitar un tratamiento del apartado de recursos humanos del capítulo de gastos que favorezca el intercambio mercado del sector social. Ya se sabe: racionalizar costes de producción, flexibilidad, competitividad, empleabilidad, etc. Por ello, crearán una realidad material, un marco jurídico y un régimen de verdad.

Con la coartada de crisis y recortes, se realizarán despidos, habrá más desempleo en el sector, se irán bajando salarios y condiciones laborales. Más horas de trabajo, más carga de trabajo, funciones que no tiene nada que ver con la formación laboral, combinado con miedo al despido, mayor control disciplinar y asimetría en la relación de poder entre trabajadores y empresas. Incentivar la producción.

Hay que producir, hay que hacer negocio. Como en otras áreas de cuidado de la vida, como la atención en salud, el capitalismo convertirá la atención social en una mercancía, y los administradores de esta atención social, educadores, psicólogxs, asistentes sociales, y todo el aparato La atención se convertirán en una especie de capataz del negocio. A las personas atendidas se las convertirá en objeto al que sacarle el mayor provecho económico, sin que ello implique necesariamente que deba tener una mejor situación social. El chaval en silla de ruedas y coche adaptado se queda en el centro mientras haya subvención, a como dé lugar.

Como en otros lugares, los diversos dispositivos se articularán. El trabajador social del hospital se limitará a evaluar, según baremos de administración de miseria, la situación económica del paciente para evitar engaños a la administración y exigir el pago por los servicios de salud prestados. Quizás el educador social de calle o el terapeuta complementen con sus informes las investigaciones oportunas.

Los marcos jurídicos de regulación laboral se cambiado con las reformas laborales generales. En cualquier caso, si conviene, las empresas no respetarán las condiciones de los convenios laborales sectoriales. Incluso, con visión estratégica de largo plazo, se irán disminuyendo los requisitos formativos para ejercer la profesión, se crearán nuevas categorías profesionales que requerirán disciplinaments formativos menos intensos, que, en consecuencia, serán peor retribuidos. Exigirán titulaciones de un nivel pero se realizarán contrataciones con retribuciones de los niveles más bajos de la escala salarial.

Tareas profesionales serán cubiertas por voluntarios solidarios. Y es que el régimen de verdad jurídico del mercado se complementará con el funcional discurso moral de la caridad. Los trabajadores en los escalafones no directivos irán siendo considerados profesionales que se pagan por su vocación y por la satisfacción de hacer el bien, en una especie de apostolado social. La precariedad laboral se etiquetará como voluntariado: la "Benevolització del trabajo" (Iglesias, Badenes, 2011: 58). Aquellos flamantes "Técnicos" a "voluntarios liberados" a los que la empresa incluso llegará a pedir colaboración económica para mantener el servicio ... Los que no se ajusten al perfil, ya se sabe, el mercado donde nadie los querrá contratar, para que acaben convirtiéndose también en objeto del negocio.

8. Hay que construir alternativas.

Es evidente que para el sector social es necesario otro modelo diferente al del mercado y la caridad que la hegemonía de la reordenación neoliberal de la vida pretende implantar. Hay que defender nuestros derechos sociales.

El problema reúne las características del complejo. Son numerosas variables interrelacionadas de muchas y diversas maneras: políticas, económicas, morales ... y todo, en un momento histórico convulso y en unas determinadas relaciones, luchas y tecnologías de poder. Los resultados son inciertos. Todo se relaciona con todo. Muchas cosas por hacer, tantas y tan grandes que el esfuerzo puede parecer inalcanzable, inalcanzable. Sin embargo, por el contrario, esta complejidad nos otorga numerosas ventajas, numerosos lugares por donde iniciar caminos, muchas grietas que constituyen espacios de lucha para poner en marcha iniciativas, muchas posibilidades de acción que en su interrelación abrirán los espacios a la creación de otro modelo que tenga cuidado vida

Los modelos que tratan de implanta las hegemonías no siempre funcionan tan bien como quisieran sus promotores, no son perfectos, ni ineludibles, ni mucho menos. La gente somos activas, participamos, no sólo sufrimos, también generamos resistencias. Estamos en momentos de grandes cambios sociales y políticos, de incertidumbre. Nada está cerrado, por más que se nos diga una y otra vez que no hay otras alternativas. El estado de cosas de cualquier momento histórico es producto de equilibrios de relaciones de poder, de luchas político-sociales. El que esté por venir será producto del desarrollo de las luchas sociales actuales. El panorama está abierto.

Una primera cuestión será tomar conciencia de la situación en la que nos ha colocado al conjunto formado por el entramado político y social y tomar una opción al respecto. Una opción posible es no situarse del lado de las instancias de control y de hegemonía del poder. Situarnos en el modo de la producción, conscientemente donde realmente estamos, bajo, en el lugar de los prescindibles con cualquier expediente de regulación de empleo, en el nosotros.

El "nosotros", el de los y las desempleados y trabajadores precarizadoss, el de quienes han sido desahuciados de casa, el de los y las jóvenes que ven como su futuro se desdibuja por los recortes en educación, el de los que sufren la represión y la reordenación neoliberal de la vida, el de los que han sido etiquetados como "desechables", y ya cada vez tienen / tenemos menos que perder: unas cuantas cadenas materiales y simbólicas. Aquellas que vamos siendo forzados en el cruce de desaparecer o de romper dependencias y tomar en nuestras manos el control de nuestras vidas. Este nuevo sujeto, que es viejo, se va reconociendo y definiendo a sí mismo: su identidad, sus componentes, sus deseos, sus propósitos, sus incertidumbres ... Por eso debe ser que el excelente video "Nosotros" se difunde tan masivamente a través de Internet. (15MBcn, 2012: 24 de abril)

Reconocer en los otros del nosotros. Reconstruir comunidad, abrir espacios de construcción colectiva. Nuevas subjetividades, individuales y colectivas, también entre la gente del oficio del sector social. Hay que salir más allá del sí mismo, implicándose en las diferentes luchas de las comunidades, más allá de los intereses inmediatos del pequeño sector. Se trata de luchar por los e hijos de todas, por lxs demás, por lo común, por el "nosotros": Somos la generación que luchó y consiguió una vida mejor para sus hijos e hijas. Ahora están poniendo el futuro de nuestras hijas y nietas en peligro. Estamos orgullosas de la respuesta social y del empuje que están mostrando las nuevas generaciones en la lucha por una democracia digna de ese nombre y por la justicia social, contra los banqueros y los políticos cómplices. Estamos a su lado, de corazón, en las asambleas de barrio y también en la acción. Si quieren descalificar su valentía llamándolos "perroflautas", a nosotros nos pueden llamar "Iaioflautas". (Iaioflautas, 2011: 27 de octubre)

Es la generación que luchó en nuestros barrios para lograr mucho de lo que hoy nos están tomando. Tenemos mucho que reaprender de nuestra memoria colectiva, tenemos numerosos referentes históricos, algunos muy cercanos, de los que aprender de sus aciertos y errores. Los recursos del sector social fueron fruto de años de lucha social, no vinieron regalados por un regalo generoso del soberano del reino. Fue a partir de las luchas vecinales en los barrios, en las comunidades, a partir de sus iniciativas para atender sus problemas y necesidades.

A partir de estas iniciativas, se fueron desarrollando buena parte de las redes territoriales de atención a diversas necesidades sociales. Redes de atención que hasta ayer habíamos naturalizado tan normalitzadament como parte consustancial de la administración pública, como un nuestro derecho. El trabajo de lucha contra la marginación social, de apoyo en drogodependencias, en salud mental, en educación de adultos, barreras arquitectónica (Foix, 2010), las luchas por los centros de salud en los barrios (Martí, 2010), las vocalías de dones, (Fernández, 2009: 30 de julio), las asambleas contra el paro, etc. pueden constituir referentes próximos de experiencias de emancipación y cuidado de la vida, por este ámbito del sector social al que se insiste en sumergir en simplificaciones de tecnificación o voluntarització para un funcional gobierno al servicio de los que controlan el mercado.

Hay que dejar atrás esa lógica del mercado y la competencia, pasar a la lógica de la cooperación y del cuidado de la vida. Cuidar aquellos espacios y actividades que son necesarias para que las personas, todas, podamos tener acceso a los bienes necesarios para poder llevar una vida digna de ser vivida y desarrollar nuestras potencialidades. La actividad del sector social se da en este ámbito, en los del mantenimiento de una vida digna para todos, y este es el espacio que constituye el conjunto de los derechos humanos. Los Derechos Humanos son productos culturales de lucha por la dignidad (Herrera, 2005).

Estamos pues hablando de bienes más preciados que las mercancías: de derechos humanos, de dignidad, de personas, de vida, no de objetos, ni de mercancías, ni de lucro.

Tendremos que hacer y pensar sobre muchas cosas, un camino largo, en un escenario complejo. Estos derechos son demasiado importantes como para dejarlos en manos del mercado o de gobiernos a su servicio. Tendremos hacernos cargo directamente de ellos, y entonces habrá que pensar y construir nuevas relaciones de poder, que hagan otros cálculos, que tengan otras racionalidades, pasar de la heteronomía a la autonomía, recuperar lo común.

Tendremos que fortalecer en las comunidades, quizás no tanto en las administraciones gubernamentales. Autogestión, cooperativas del oficio, la sostenibilidad esté fundamentada en las mismas comunidades de las que formamos parte, en la utilidad para satisfacer necesidades comunitarias y al convencimiento de las comunidades de apoyar a los espacios de cuidado y desarrollo de vida digna que se constituyan . Habrá conformar otro medio, otra materialidad, otra forma de relacionarse. Habrá que luchar en estos espacios y en los que estén relacionados, en las diferentes luchas de los diferentes sectores y movimientos sociales; abrir espacios colectivos para el encuentro, la reflexión y la acción común.

Tendremos que crear nuevas composiciones realidad, nuevas narrativas, frente al régimen de Verdad de la caridad, para el conjunto de la sociedad. Como el spot alternativo "no faltan sillas, sobra cinismo" que triunfó en las redes sociales y que en poco tiempo superó en visionados al spot oficial de promoción de la telemaratón por la pobreza del gobierno catalán y sus secuaces empresariales ( Fernández, 2012: 23 de mayo). Nuevas formas de hacer. Nuevos espacios de incidencia.

Tendremos que crear y alimentar nuevos espacios de encuentro para la gente que defendemos la acción social y comunitaria, como DASC. Tendremos que constituirnos en espacios de trabajadores del oficio, para la defensa nuestros derechos laborales.

Tendremos que construir nuevos conocimientos, replantear bagajes técnicos y prácticos, formar y subjetiva-nos de otras maneras, como gente del oficio que no quieren estar arriba al servicio de las instancias de control, sino abajo, que es donde de por si estamos al servicio del nosotros, entre los y desechables, junto a la mayoría de la gente, como gente que también somos. Tendremos que comprometernos en nuevas praxis en la superación de las condiciones de miseria planificada a las que los / nos somete y condena un sistema injusto, desde la vida cotidiana, desde los problemas concretos.

Tendremos que avanzar hacia una liberación de las funciones psi (Martín Baró, 1986), y por ello, tendremos que construir en autonomía nuestras propias instituciones de lo común.

Informe de Rubén-A. Benedicto Salmerón. Psicólogo social. Asamblea del Sector Social, CGT. De-Liberaciones.

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