Allí pudimos comprobar los destrozos causados por la tempestad en el campamento de refugiados sirios. Todo el mundo intenta secar sus pertenencias pues están completamente empapadas. Es tal la rabia y desesperación al sentirse abandonados que ya se han producido varias protestas reprimidas por el ejército Jordano a punta de gases lacrimógenos y tiros al aire.
En medio de tantos caos hay algunos que hacen un llamado a ¡¡¡Israel, su eterno enemigo, para que vengan a rescatarlos!!!
Afortunadamente la mayoría de los refugiados que permanecían a la interperie tras la destrucción de sus tiendas fueron evacuados a una escuela del campamento donde pudieron salvar sus vidas dado que las temperaturas extremas los hubieran diezmado.
Hoy por fin ha salido el sol y esto le da un milagroso respiro a los más de 50.000 refugiados a los que todavía les queda por delante un interminable calvario.
Carlos de Urabá
Zaatari-Jordania