Se trata de un juicio meramente político, que responde a una estrategia de imposición totalitaria tal como avanza el borrador de la próxima ley de Seguridad Ciudadana, ley que contemplará como acciones terroristas los actos de protesta ciudadana, ley que considerará terroristas a las personas disidentes que, sin armas, hacen frente a esos cuerpos armados que los que menos tenemos costeamos para que defiendan a los que más tienen.
Tenemos un gran problema social: si un tren sale de Castejón a Campanas a una velocidad de 380 Km/h, y la tarta de un tartalari hacia la cara de la presidenta de Navarra a una velocidad de 5 Km/h, ¿qué condena será dictada por los jueces? Condenar la protesta demuestra que tenemos un gran problema social, con estos faraones y sus colosales obras, que siguen malversando e hipotecando a generaciones futuras con negro futuro.
Goio González Barandalla
CGT Nafarroa